La riqueza e importancia arqueológica de este enclave, uno de los más relevantes del Noroeste peninsular, lo hizo acreedor del actual Centro Arqueolóxico do Barbanza. Aquí se encuentran dos asentamientos castreños, el Castro Pequeno y el Castro Grande, concretamente en la península conocida como Punta Neixón. El primero nació a finales de la Edad de Bronce. Las excavaciones se remontan hasta principios del siglo XX, con nombres tan significativos para la arqueología gallega como los de Fermín Bouza Brey y Florentino López Cuevillas de protagonistas. Hoy pueden verse restos de construcciones de planta circular muy características de la primera Edad de Hierro. El Castro Grande fue ocupado con posterioridad, posiblemente tras el abandono del Pequeno, y conformó una aldea protegida por una serie de elementos defensivos como fosos y terraplenes.